¡ Si podemos!

martes, 26 junio 2012

Tengo claro que España es capaz de salir de la crisis económica por la que atraviesa nuestro país en estos momentos. Vivimos momentos difíciles, complicados, pero momentos que no son los primeros que España vive a lo largo de su historia. Si otras veces hemos podido hacerlo, ésta también podemos. Podemos volver a superar la crisis.

Es, ahora más que nunca, el momento de poner en valor el conjunto de fortalezas que tiene la sociedad y la política española. En primer lugar, España tiene estabilidad política y parlamentaria firme, con un plazo de 4 años para poner en marcha las reformas. En segundo lugar, el PP gobierna en numerosas Comunidades Autónomas, municipios y Diputaciones de toda España. Esto permite coordinar un programa y una acción de Gobierno en todas las Administraciones, que hace que las reformas que se adopten en cualquier nivel sean efectivas y puedan cumplirse, pero, además, de por sí, España es un país que ha afrontado todas las dificultades porque tiene una base importante sobre la que construir una salida de la crisis: su situación geoestratégica; la riqueza de su patrimonio natural, histórico, cultural y artístico; un desarrollo en infraestructuras de primer nivel; desarrollo tecnológico avanzado; capital humano formado y competitivo; y especialmente, un potencial emprendedor y empresarial muy grande, un tejido de pequeñas y medianas empresas que, no sólo están generando empleo, sino que se están diversificando y logrando cuotas de mercado en ámbitos internacionales.

Para salir de la crisis también hay que identificar con la misma claridad cuáles son nuestras debilidades. Una de nuestras debilidades fundamentales es nuestro déficit exterior y nuestra dependencia del exterior en cuanto a la deuda. Es una exigencia clave desapalancar nuestra economía, para lo que es fundamental, acortar el déficit y reducir la deuda. Así pues, ha sido muy positivo, por un lado, la reforma constitucional que el Partido Popular apoyó cuando estaba en la oposición y que establecía el principio de estabilidad presupuestaria en una norma con rango constitucional y, por otro, la Ley de Estabilidad Presupuestaria aprobada por el Ejecutivo del PP.

España ha asumido el compromiso de reducir su deuda pública y de acortar su déficit público. En el último Consejo de Política Fiscal y Financiera se ha demostrado la voluntad conjunta de todas las Administraciones Públicas de cumplir esos objetivos. Una de las grandes dudas que se tenía sobre la economía española sobre si éramos capaces de ponernos de acuerdo todas las Administraciones de cumplir el objetivo de déficit ya está en marcha.

Creo sinceramente que las discusiones sobre la política de austeridad versus crecimiento son un debate que tiene mucho de falso. Por ello, hay que defender políticas de austeridad y de contención del gasto público a la vez que hay que apostar por reformas estructurales para incentivar el crecimiento económico y la creación de empleo. Medidas como las puestas en práctica como el pago a proveedores, la reforma laboral y la reforma del sistema financiero son fundamentales para abrir un camino de solución. Una solución que ojalá otros hubieran puesto en marcha hace tiempo como hicieron distintos Gobiernos de la UE.

Habrá que recordar y reconocer, finalmente, que el apoyo financiero de la Unión Europea supone una declaración política fundamental del Eurogrupo de apoyo a las reformas del Ejecutivo de Mariano Rajoy, por lo que no es necesario establecer una condicionalidad macroeconómica, y quién afirme lo contrario sencillamente miente.