Las reformas sitúan a España en el mejor punto de partida para consolidar la recuperación
Del aislamiento internacional, al centro de decisión:
El Gobierno de Zapatero escenificó constantemente la pérdida de peso de España a nivel internacional y tensó al máximo las relaciones con EEUU.
A partir de 2015, España ocupará un asiento como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Del abismo de la intervención, a la estabilidad económica:
La política económica del PSOE, basada en el derroche, situó a España al borde del rescate con un agujero de 70.000 millones de euros.
Nuestras finanzas públicas están en la senda de la corrección y nuestro sistema financiero prácticamente saneado.
Del cierre del crédito, a la recuperación del consumo:
El PP se encontró a la llegada al Gobierno el cierre del crédito a familias y PYMES, la morosidad de las administraciones y la caída del consumo.
El consumo se recupera sobre todo en automoción, que se consolida como motor de crecimiento, gracias a medidas como el Plan PIVE.
De la desconfianza, a la solvencia internacional:
La desconfianza se tradujo en la pérdida de 42.000 millones en fondos europeos: nadie creía en nuestra capacidad para recuperarnos.
La recuperación de la confianza se traduce en la caída de la prima de riesgo, en el ahorro de intereses de deuda y en las inversiones.
Del desempleo, a la creación de empleo:
El PSOE destruyó tres millones y medio de empleos en tres años.
La reforma laboral ha cambiado la tendencia en el mercado de trabajo, con más de 400.000 afiliados en un año.
En política económica, España no puede dar ni un paso atrás.
El Gobierno continuará liderando las reformas necesarias para que la recuperación se consolide y se traduzca en bienestar para todos.
El objetivo es que España siga creciendo y cree empleo, más que el conjunto de la zona euro; y con las reformas será así.
“Si hace dos años la recuperación de España parecía imposible, hoy lo que parece imposible es que llegáramos a una situación tan dramática” Mariano Rajoy